miércoles, 9 de junio de 2010

Zara...Pecado por Pecador

Zara...Pecado por PecadorAunque los historiadores se negaba a reconocer su existencia, tras el valle de Quintana se asomaba el pueblo de Zara, un pueblito minusculamente pequeño, pero pueblo al fin, y su argumento de existencia consistía en que tenían una plaza, tradicional, con banquetas, hamacas y una glorieta, recintos que vio pasar besos y promesas... Enfrente de uno de sus laterales, la capilla, humilde guarida del padre Ernesto que había perdido a todos sus feligreses debido a sus extensos sermones... patético era verlo al final de su discurso, con cara de niño abandonado y con todas esas hostias sin repartir, cansado y abatido podía uno vislumbrarlo en la escalinata de la capilla con la secreta esperanza de un nuevo amanecer. A pocos metros de la Iglesia, había un bar pestilente, atiborrado de moscas atraídas por el calor húmedo, clima que duraba todo el año, el invierno prácticamente no existía tan solo unas tormentas aisladas y unas ventiscas refrescantes en el mes de julio.    Sigue...