jueves, 29 de abril de 2010

¿De que hablamos cuando hablamos de contemporaneidad? Una aproximación al filosofar de hoy

La pregunta con la que se inaugura la cuestión es ¿de quienes somos contemporáneos?, y ésta surge de la conciencia que se tiene del proceso de globalización que lejos de una ampliación del mundo lo ha reducido. La realidad que se nos presenta hace más evidente la caída de la modernidad con aquella ecuación conocimiento – certeza que se ha vuelto y manifestado como un concepto erróneo.
 Al caer el sueño moderno el pasado ya no brinda ninguna luz sobre el presente y el futuro carece de modelos, la autora Fina Birulés acusa el decaimiento de la subjetividad pero no solo por la crisis del sujeto sino por la pérdida del mundo y la miseria de la experiencia. Y cuando habla de “tiempo de subjetividad” no se refiere a la restauración del viejo concepto de sujeto sino al retorno de la pregunta, a la interrogación, ¿qué hay de nuevo en este siglo?; esta es la tarea creativa, la convivencia con la ambigüedad y dentro de la misma un sujeto situado, temporalizado.
Temporalizar es pensar atendiendo a las diferencias, es asumir el tiempo y este nuevo pensar es un pensar sin apoyos, es decir, sin el concepto de sujeto y de razón de la modernidad, esto es lo que se da a llamar ontología del presente. Ahora bien, este pensar el presente implica pensar al “otro” como “otro” concreto, en su singularidad. Esto es, que el ser humano no solo existe facticamente, sino que existe en cuanto asume, explícita o implícitamente, la relación con sus acciones y con su entorno y he aquí el sujeto situado.
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